De la euforia al tormento en 24 horas.
Soy la misma persona un viernes que un lunes, aunque no te lo creas.
Dudo de todo. Fatalizo las situaciones.
Vivo y siento las cosas con una intensidad que podría mover montañas. No conozco el término medio.
Llevo las emociones a los extremos, puedo amar hasta volverme loca o sentir total y absoluta indiferencia
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