lunes, 28 de noviembre de 2011

I remember your birthday.

Siempre he sido de facilidad de palabra para escribir , nunca me ha costado demasiado trabajo describir lo que siento, pero desde el 14 de agosto, he sentido una opresión en el pecho y un dolor difícil de describir y expresar.
Ese fue el día en el que una parte de mi se fue. No hay día en el que no me acuerde de ti, mi Upy. Hoy cumplirías 13 años. He pasado 12 de mis 17 años de vida contigo, supongo que no es de extrañar que sienta que me falta algo desde que no estás.
Echo de menos bajar la mano y que mis dedos acaricien tu pelo, echo de menos no verte esperándome en la puerta cuando llego a casa, echo de menos no verte, no contarte todo lo que me ha pasado, por insignificante que sea, te echo de menos.
En la mayoría de recuerdos de mi infancia estás tú, y solo con eso ya es imposible olvidarte. Has sido mi mejor amigo, y te lo voy a agradecer siempre.
Me has defendido de lo que más temía, y sí algo sé, es que no voy a volver a tener con nadie la complicidad que tenía contigo, porque ahora veo aun más claro que parecía que estábamos coordinados. Si estábamos en 'territorio desconocido' íbamos juntos sin despegarnos, y aunque fuera conocido, también estábamos así.
El día en el que te fuiste, fue uno de los peores días de mi vida, pero hasta en ese momento, me demostraste lo bueno y noble que eras. Nunca olvidaré como parecía que estabas esperándome, y como agachaste la cabeza en el momento en el que llegué junto a ti. Aunque ese día, como todos, te repetí lo mucho que te quería y lo importante que eres para mi, siempre pensaré que me quede corta, y que no te lo demostré ni la mitad de lo que te lo merecías, lo sé.
Cuando te decía, mientras lloraba, lo mucho que te quería y que lo iba a hacer siempre, tú tenías los ojos cerrados, perro llorabas conmigo. Y fue en el último momento, junto antes de irte, cuando abriste los ojos, me miraste, y te fuiste. Cada vez que lo pienso se me pone la piel de gallina, porque fue algo que me llegó al alma.
Dicen que hay heridas que duelen en el momento y que permanecen en ti para siempre, como tatuajes. No estoy del todo de acuerdo, yo no sufrí solo en ese momento, ni mucho menos, he llorado mucho desde entonces, pero sí es cierto que tú vas a permanecer en mi siempre, pero no como una herida, sino como una de las mejores cosas que me han pasado siempre. Desde que te fuiste, te llevaste una parte de mi contigo, y no es algo que me extrañe, porque después de tanto tiempo es normal que sienta un vacío y que hay algo que me falta, y eso va a estar ahí siempre. Y no por ello digo que vaya a estar mal toda la vida, solo que una parte de mi siempre estará contigo, igual que tú siempre lo estarás conmigo.
Siempre serás mi hermano, y me voy a acordar de ti siempre, porque te lo mereces, y porque te quiero, muchísimo.

Esta carta me sabe a poco, pero por mucho que escribiera siempre pensaría que me estoy quedando corta y no creo que todo lo que te quiero decir pueda expresarse con simples palabras, así que termino aquí, con el corazón en la mano, las lágrimas cayendo, y echándote de menos. Te quiero Snoopy, y felicidades pequeño. 

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Effy Stonem

-Tú y yo, estaríamos bien ¿no crees?
-No.
-¿Por qué no?
-Porque te rompería el corazón.
-..Tal vez te lo rompa yo a ti.
-Nadie me rompe nunca el corazón. Además, ¿por qué iba a querer yo eso?

Un 'todo' que no significa nada.

viernes, 11 de noviembre de 2011

'Las personas calladas tienen mentes ruidosas'

Podría decirse que mi vida es como una montaña rusa... parada, claro, o estropeada, ya que carece de emociones. No estoy hecha de madera, puedo palpar los sentimientos en cada centímetro de mi cuerpo, aunque apenas los demuestre. La verdad es que no sé donde los escondo.. tal vez me los trago, o tal vez los expulsó cada vez que derramo una lágrima, no lo sé, e intento no pensarlo demasiado, ya que seguramente solo conseguiría sentir algo más, y dudo que mi cuerpo tenga capacidad para cargar con eso.
Siempre he pensado que las personas calladas tienen mentes ruidosas, y lo digo por conocimiento y experiencia propia. Seguro que algunos piensan que nunca me entero de nada, que mi cabeza está en las nubes aunque mi cuerpo esté allí y, por eso, suelo pasar desapercibida. No voy a negar que suelo estar abstraída del mundo, no suelo darle demasiada importancia a las personas que para mí no valen nada y, la verdad, es que ésta es la mayoría de gente con la que estoy cada día, así que es normal que no me tengan en cuenta, porque yo ni siquiera los tengo en mi mente. Aunque eso no quiere decir que no esté atenta de las cosas que pasan, siempre capto las cosas, y si mis facciones no se han inmutado, es porque el tema del que se trata no me importa una mie***.
Y, tal vez algunos crean que hay una especie de barrera que me separa del mundo real, tal vez exista, pero para lo que me ha servido, exista o no, es para descubrir quienes querían tenerme en sus vidas y para ello han saltado barreras, almenas y hasta jodidas torres de castillos, y a los que se quedaron en las enredaderas.. bah, para qué decir nada más.


martes, 8 de noviembre de 2011

sábado, 5 de noviembre de 2011

.-

Siempre estarán las típicas personas que quieran destrozarte, siempre estarán esas personas que te harán sentir que no vales nada, siempre estarán aquellas personas que no confíen en ti y te hagan dudar de tus sueños. Voy a ser sincera, no voy a decir que puedas cumplir todos tus sueños, no voy a decir que todo saldrá bien, y no voy a dar falsas esperanzas y promesas vanas. Si algo he aprendido es que todo puede cambiar de un momento a otro, que la balanza puede cambiar con el más mínimo y ligero peso, y esa balanza se puede decantar tanto para lo que es bueno como para lo que es malo para ti. Y también he aprendido, que nada es fácil, nunca esperes que te lo den todo y que te barran las piedras del camino. Me he caído, he chocado, y he llorado mil veces por más de una piedra y, en ocasiones, por la misma, pero aun así aquí estoy; tal vez no como me gustaría, pero sé que llegaré a estarlo. Tal vez no tenga una sonrisa radiante todos los días, tal vez mi semana buena no se vea compensada con mis 15 malas, pero, oye, no hago daño a nadie ¿no? Tal vez solo a mi misma, pero eso poco importa ahora.
Y si hay algo que realmente sé, es que nunca haré promesas, ni a mi ni a nadie, no fomentaré pájaros en cabezas ajenas, no crearé ilusiones y sueños en almohadas que no sean la mía; aunque solo callaré lo necesario. Intentaré decir todo lo que quiero en el momento, y no el día después cuando ya haya perdido su sentido. Diré coherencias e incoherencias para quién las comprenda.- Y no echaré a nadie de mi vida, porque quien no valga la pena, simplemente no habrá conseguido entrar.