domingo, 14 de marzo de 2010
Y no necesitaban más
-Venga tonta, no te pongas así, ven, vamos a un lugar donde seguro que nadie nos encuentra.
-Pero…
-Es que ya no quieres estar conmigo? Le dijo mientras le ponía esa sonrisa de medio lado que tanto le gustaba.
-Anda vamos.
Ambos anduvieron por la calle un buen rato, hasta que llegaron a un extraño lugar que a Amy no le sonaba de nada. Era un gran bosque, con grandes árboles, todo estaba muy bien cuidado y era enorme.
Carlos sonrió satisfecho al ver la cara atónita de Amy.
-Sabía que te iba a gustar.
-Carlos es genial, no tenía ni idea de que aquí hubiera un lugar como este, es…es increíble.
-Ya te dije que siempre tengo lugares así escondidos en la manga. Dijo mientras le guiñaba un ojo.
-Y…¿Qué podemos hacer aquí? Pregunto ella un poco confusa.
-Lo que queramos, este sitio es nuestro, hagamos lo que hagamos, este momento no nos lo quita nadie.
-No paras de sorprenderme Carlos. Dijo mientras le sonreía, y acto seguido, empezó a correr como una loca.
-¿Qué haces? Le gritó él.
-¡No lo sé!
Y entonces el también empezó a correr, no tenían dirección, no tenían motivos, pero lo hacían, y también empezaron a reír como tontos. No necesitaban más, se sentían libres y felices, y eso era lo que los dos necesitaban.
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